Pexels Nunca abandones un sueño por el tiempo que te puede tomar. De igual forma, el tiempo pasará. Earl Nightingale Despierto en el sofá. Sola La tensión acumulada de los últimos días ha convertido mi cuerpo, ahora relajado, en un peso inamovible. Los párpados, entreabiertos, dejan pasar apenas un poco de luz. La manta pesa, parece que estuviera anclada al suelo y no encuentro la fuerza necesaria para apartarla. Los brazos no responden a las órdenes del cerebro. Siento la cabeza embotada y me cuesta pensar. Los párpados vuelven a cerrarse y me dejo llevar por el dulce sopor, no sé si duermo, estoy soñando o intento despertar. Hago el esfuerzo de abrir los ojos de una vez y consigo llegar hasta la cama, no sin antes tropezar con todo lo que me voy encontrando. Juraría que no hay tantas cosas en el camino, pero se parecía a una carrera —muy lenta— de obstáculos. Me acomodo. Me estiro. Doy la vuelta hacia un lado y luego hacia el otro. Desde a...
Lecturas de andar por casa