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Mostrando entradas de julio, 2019

Sin orden ni concierto

Hoy ha sido un día de limpieza general, ordenando los trastos y tirando lo que ya no sirve para nada. De la misma manera que abres las ventanas para ventilar y renovar el aire junto con la decoración, u rge ordenar los recuerdos decidiendo dónde colocar aquél sentimiento, la ilusión esa de allí o aquella locura de hace años que está atravesada en el pasillo. Nos gana la costumbre de acumular cosas inservibles Tropiezo a menudo con el día que quedamos a comer y no apareciste. Se ha caído de la repisa la ilusión de un futuro juntos y se ha roto en mil pedazos. Las fotos que hicimos el día que nos conocimos ahora son de  color gris. Olvidé regar el afecto que sentía desde el mismo instante en que supe que frecuentabas otros deseos y en consecuencia murió. Ya no marca la hora la felicidad que nos despertaba abrazados cada mañana. Las promesas incumplidas se acumulan en la estantería, llenas de polvo. Los cajones hasta arriba de tus mensajes, que he releído una y otra

La edad trastornada

Los adultos son niños obsoletos. Dr. Seuss En ningún lugar está escrito como debemos comportarnos dependiendo de la edad. Nadie puede decirnos lo que podemos hacer o no. A pesar de no tener restricciones, parece que la edad anda algo trastornada.   Suele ocurrir que cuando somos pequeños tenemos una prisa terrible por crecer y poder gozar de unos soñados privilegios que cuando alcanzas cierta edad descubres que no eran tal. Y así nos vemos.  Los niños queriendo convertirse en adultos mientras que los adultos desean volver a la niñez cual Peter Pan, o al menos a la adolescencia donde parece que hacer ciertas locuras se pasan por alto o tienen menos impacto negativo ya que al fin y al cabo las hormonas tienen mucho que decir.   Esas niñas y niños que a la tierna edad de 11 o 12 años muestran en sus redes sociales (sí, las tienen.  Algunos incluso antes) las imágenes con sus parejas adornadas con frases de total enamoramiento o doliéndose de un fracaso amoros