Los adultos son niños obsoletos. Dr. Seuss
En ningún lugar está escrito como debemos comportarnos dependiendo de la edad. Nadie puede decirnos lo que podemos hacer o no.
A pesar de no tener restricciones, parece que la edad anda algo trastornada.
Suele ocurrir que cuando somos pequeños tenemos una prisa terrible por crecer y poder gozar de unos soñados privilegios que cuando alcanzas cierta edad descubres que no eran tal.
Y así nos vemos.
Los niños queriendo convertirse en adultos mientras que los adultos desean volver a la niñez cual Peter Pan, o al menos a la adolescencia donde parece que hacer ciertas locuras se pasan por alto o tienen menos impacto negativo ya que al fin y al cabo las hormonas tienen mucho que decir.
Esas niñas y niños que a la tierna edad de 11 o 12 años muestran en sus redes sociales (sí, las tienen. Algunos incluso antes) las imágenes con sus parejas adornadas con frases de total enamoramiento o doliéndose de un fracaso amoroso (¿😕?)
Del mismo modo, y justo en el extremo contrario, podemos comprobar como adultas y adultos de taitantos se comportan como adolescentes.
¿Qué edad tendrías si no supieses la edad que tienes? Leroy Paige
Como decía al principio, en ningún sitio está escrito cómo debemos comportarnos a cada edad. Por suerte gozamos de mucha libertad para hacer lo que queramos (como inciso me gustaría añadir que esa libertad para hacer lo que queramos siempre sea sin hacer daño a otros)
A nadie se le escapa que en muchas ocasiones la edad está algo trastornada. Queremos ser lo que no somos y vivimos a golpe de acelerador para llegar al futuro antes de tiempo y justo después, cuando te das cuenta que no es lo que imaginabas o al menos no todo lo que imaginabas, deseamos volver al punto de partida cuando de sobra sabemos que viajar en el tiempo es (que yo sepa) a día de hoy imposible.
Niños somos durante un corto período de tiempo. En cambio mayores somos el resto de nuestra vida, hasta hartarnos. Estaría bien que los niños fueran niños y no adultos diminutos y los adultos tuviéramos en cuenta que somos ejemplo para esas personas menudas que nos observan e imitan, ya que la niñez o adolescencia no encajan en nuestra forma de vida adulta por mucho que queramos vestirnos con sus ropas.
Lo único positivo de envejecer, es que jamás pierdes todas las otras edades que has tenido. Madeleine L´Engle
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