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Elegir un amor

Ayer publicaba un post titulado conceptuando el amor, en el que animaba a los lectores a dejarme comentarios con su opinión sobre el amor. Anoche me llegó un precioso documento de tal calidad que creo que debo publicarlo para disfrutar de su lectura. Gracias Isabel por ofrecer tu punto de vista, por tan delicada redacción y el cariño con el que está escrito. Muchas gracias.

ELEGIR    UN   AMOR
Jaime Sabines

    Si  bien  es  cierto  que  nada  perdura  para  siempre,  que  todo  está  sujeto  a  la  posibilidad  de  un  cambio,  no  es  menos  real  que  desde  que  el  mundo  es  mundo…, pues existe  algo  que  llamamos  AMOR.   La  innegable  perpetuación  de la  especie  así  nos  lo  advera,  al  menos  hasta  el  momento.
  Al  margen  de  la  multitud  de  definiciones  que  puedan  haberse  dado,  desde  los  clásicos  hasta  nuestros  días,  me  han  pedido  que  brinde  mi  opinión personal  al  respecto.  Por  tanto,  aquí  va…

   Podrá  haber  amor  en  la  infinitud  de  acepciones  (no  confundir  con  enamoramiento,  pasión,  euforia, deseo,  arrebato… ) que  puedan  conferírsele  a  dicho  término,  pero  prescindiendo  de  lo  evidente,  me  voy  a  concretar  y  a  referir  a  solo  una  de  ellas,  ese  sentimiento,  sensación,  emoción, por  el  cual  dos  personas  de  modo  consciente  se  sienten  atraídas y  deciden  elegirse  mutuamente, se  aceptan  en  su  humana  fragilidad   (con  sus  fortalezas  y  debilidades)  y  comparten  sus  vidas  juntos  y  unidos,  ante  todo,  frente  a  todo,  pese  a  todo…

   Efectivamente  nadie  dijo  que  eso  que  entendemos  como  amor  auténtico  sea  algo  de fácil   obtención, siendo  realista  se  me  antoja  harto difícil de  conseguir,  porque  en  verdad   ese tipo de amor  no  es  la  llegada  a  una  meta,  ni  un  fin  en  si  mismo,  es  el  propio  camino  que  cada  segundo, cada  minuto,  cada  día,  cada  semana,  cada  año….   se  transita  y  se  comparte  con  aquella otra   persona  elegida  (junto a  ella,  al  lado  de  ella…)   con  quien  estás,  a  quien  elegiste  y,  a su  vez,  pues  quien también  te  eligió  en  términos de  igualdad,  mutuo  respeto  y  justa  reciprocidad.

   El  tema  es  apostar,  asumir los  riesgos,  luchar  por  lo  evidente,  cuidarlo,  mimarlo,  protegerlo  y  tener  siempre  presente  que  esa  es  la  PRIORIDAD.   Si  tú  no  lo  vigilas,  no  lo  amparas,  no  le  procuras  un  buen   hogar  para  quedarse…,  no  lo  cuidas  como  merece,  pues   él  acabará  marchitándose,  hará  su  equipaje  e,  indefectiblemente,  entonces  buscará  otro  lugar  donde  se  sienta  saludable,  correspondido  y  bien  atendido. 

  Porque  el  amor  no  es  estático,  tiene  vida   propia,  establece  sus  reglas  y  sus  propias  exigencias  y  te  habla  en  primera  persona:  si  me  quieres  encontrar,  disfrutar  y  conservar…  no  podrás  dejarme  guardado  en  el  cajón  de  las  fotos  que  amarillean,  habrás  de  tenerme  siempre  presente,  en  un  lugar  bien  visible,  aireado  e  iluminado,  ser  capaz  de  luchar  por  mí,  me  mimarás  con  esmero  y  entonces,  sólo  entonces,  yo  me  mantendré  contigo….   Y  si  lo  logras,  si   en  verdad  lo  consigues,  nada  podrá  ser  entonces  más  fuerte. 

  Los  desengaños,  las  decepciones  y  las  rupturas  pueden  confundirnos,  porque  es  más  cómodo  negar   la  premisa  de  partida  que  reconocer  que  quienes  fallamos estrepitosamente   somos  las  personas,  nunca  es  ÉL.

 Hay  quienes  se  conforman  con  lo  rutinario,  quienes  tiran  la  toalla  y  no  apuestan,  se  retiraron  del  goce  hace  mucho,  quienes  pretenden  vivir  sin  oir  a  su  corazón,  sepultándolo  en  mil  excusas,  encerrándolo  en  un  congelador,  negándose  a  sí  mismos, por  supuesto  que  es  muy   legitimo  y  respetable, pero  tan  sumamente  triste  y  desalentador. 

 Quizás  sea   por  mi  trasnochado  espíritu  de  rebelde  inconformista,  por  mi  terquedad  indomable,  porque  me  niego  a  creer  que  estamos  aquí  para  pasar  un  mero  trámite, por  mi  carácter  resistente  y  resiliente,  no  acepto   que  esto  sea  así. Partiendo  de  que  esta  vida  es  corta  y  estamos  de  paso,  yo siempre  apuesto  por  aquello  que  más  me  gusta.  La  libertad  de  criterio  personal  consiste  justo  en  eso.  Al principio  nunca  se  sabe si  vas  a  acertar  o  no,  es una  apuesta  personal  desde  tu  yo  hacia  el  yo  del  otro. Procurar que  crezca,  se  consolide  y  perdure. Al  principio  nadie  sabe  que  le puede  deparar  el  futuro, porque la  incertidumbre  forma  parte  de  nuestra  existencia  y  hay que  asumir los  riesgos  que  entraña,  como  sucede  con  todo.  El amor  es  magia,  es aquello  que hace que vivir  valga  más  que  la  vida  misma.

  Vivimos  en  un  mundo un  tanto  extraño, deshumanizado, donde  todo  atisbo  de  sentimiento y  sensibilidad  se  condena  al  ostracismmo, un  espacio  y  un  tiempo  donde  todo  cambia  muy  deprisa, sin  apenas  consciencia  real  de  lo  que  hacemos,  por qué  lo  hacemos  y  en  función  de  qué  lo  hacemos.  Hay  apegos  saludables,  igual  que  otros  poseen  una  naturaleza  tóxica    y  deleznable,  pero  ÉL  (el  amor)   está  muy  por  encima  de  esos  factores   mundanos  disfuncionales,   no  en  vano su  espíritu  es  elevado,  está  en  otro  nivel  y  juega  en  otra  lejana   liga.


“¿Y qué si no va a ser fácil? Va a ser muy difícil. Vamos a tener que trabajar en esto todos los días, pero quiero hacerlo porque te quiero. Quiero todo de ti, para siempre, tú y yo, todos los días” - 'El Diario de Noah'

“Te quiero cuando tienes frío estando a 21º, te quiero cuando tardas una hora para pedir un bocadillo, adoro la arruga que se te forma aquí cuando me miras como si estuviera loco, te quiero cuando después de pasar el día contigo mi ropa huele a tu perfume y quiero que seas tú la última persona con la que hable antes de dormirme por las noches” - 'Cuando Harry encontró a Sallly'


Resulta  evidente  que  el amor real no es una  película,  ni  está  exento  de  dificultades  (algunas  tremendas),  es  más  que  lo físico,  lo  material  o lo  aparente. Tiene  un transfondo   complejo  y  desafiante,  porque  mantenerlo  vivo  supone  un  reto  que  hay  que  superar  y  revalidar  a  cada  instante. 

 El amor real nos pide que hagamos cosas difíciles –perdonar, ser  comprensivos,  tolerantes, amables, apoyar el sueño del otro, dar consuelo en los tiempos de dolor  y  aflicción, o preocuparse por el  cómo  se  siente-. Leí  una  vez  algo  parecido  a  esto: cuando  la  toqué  por  primera  vez,  supe  que  era  como  llegar  a  casa,  como  entrar  en  mi  hogar.  Porque  desde  ese  mismo  instante  mi  hogar  siempre  estará  allí  donde  ella  vaya  o  esté;  no  necesito  nada  más  en  el  mundo.

  Nadie  dijo  que  fuera  fácil.  No  lo  es.

 Es  un  trabajo  duro,  sin  descanso,  sin  vacaciones,  sin  treguas...  y  si  te  sale  bien,  si  en  verdad  lo  logras,  será  lo  más  placentero  y  grato  que  pueda  sucederte  a  lo  largo  de  tu  vida. 

* No  olvides  que  gracias  a  encontrarlo,   tú  serás  inmensamente   FELIZ.

¡¡  Levanto  mi  copa  y  brindo  por  todos  aquellos  afortunados  que  lo  consiguen !!


BSO .   KENNY  G:  ELEGIR  UN  AMOR



Autora: 
Isabel Victoria Quesada Villanueva
Abogada y Mediadora

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