Imagen: David Marcu
A lo largo del camino de la vida nos encontramos con personas que nos dejan algo, otras se llevan parte de nosotros.
Algunas personas pasan tan de puntillas que solo un leve recuerdo queda, otras marcan tanto que es imposible olvidar.
Existen personas que llegan como un huracán, ponen tu vida del revés y desaparecen igual que llegaron, sin avisar.
Personas que vienen, se acomodan y no hay forma de deshacerte de ellas, por más que lo intentes ahí están para bien o para mal.
Personas que no fueron nada, personas que lo son todo.
Hay personas que te hacen la vida agradable y otras que te hacen la vida imposible.
Personas que no fueron nada, personas que lo son todo.
Hay personas que te hacen la vida agradable y otras que te hacen la vida imposible.
Personas que llegan con calma, poco a poco se hacen un hueco y se quedan para siempre, aportan, importan y soportan.
Personas que siempre han estado ahí, han apoyado, reído y sufrido contigo, que confían en ti.
Personas que te ponen la zancadilla, piedras en el zapato.
Vuelves la vista atrás y recuerdas personas que de algún modo han allanado un poquito el camino para que consigas llegar hasta donde te encuentras, el logro es tuyo pero no viajas solo.
De todas aprendes, a veces de forma intencionada y otras sin darte cuenta.
Cada uno de nosotros también nos asomamos a la vida de otros y nos convertimos en la piedra de su camino, la tormenta, la calma, el que confía, apoya, les hacemos la vida agradable o imposible. Seamos aquél del que se pueda aprender y dejemos un bonito recuerdo.
Cada uno de nosotros también nos asomamos a la vida de otros y nos convertimos en la piedra de su camino, la tormenta, la calma, el que confía, apoya, les hacemos la vida agradable o imposible. Seamos aquél del que se pueda aprender y dejemos un bonito recuerdo.
Para todas esas personas que formaron, forman y formarán parte de mi vida.
¡Gracias por venir!
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