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Con mucho gusto

 

"El secreto de la felicidad es tener gustos sencillos y una mente compleja, el problema es que a menudo la mente es sencilla y los gustos son complejos". Fernando Savater
El gusto es uno de los cinco sentidos, mediante el cual se perciben y se reconocen los diferentes sabores de las cosas. El sentido del gusto se encuentra en la lengua. Detectar los sabores es la función de las papilas gustativas de la boca, su importancia depende de que permita seleccionar los alimentos y bebidas según los deseos de la persona y también de acuerdo a las necesidades nutritivas.

En los seres humanos hay cuatro sabores básicos establecidos: dulce, ácido, amargo y salado. Aunque existe una considerable superposición, las sustancias amargas se perciben principalmente en la parte posterior de la lengua, el sabor ácido sobre los bordes, el dulce en la punta y el salado en la porción anterior del dorso. 

Nos gustan (o atraen) los sabores, pero también las cosas, aromas, colores, personas...y no, no hemos sacado la lengua y hemos dado un lametazo de caerse de espalda (te veo venir...venga que si, que alguna licencia te has permitido). Lo usamos como expresión de agrado.

Seguramente te ha pasado eso de que algo a la vista te parece lo más y cuando te lo has echado a la boca...como que no...un repelús. O al contrario, algo que a la vista no parecía gran cosa pero luego lo pruebas y oye...como que sí...un saborcillo de lo más agradable.

Sobre gustos no hay nada escrito
Cuando decimos que haremos algo con mucho gusto nos referimos a hacerlo  de buena gana, será un placer. Si nos presentan a alguien como expresión de cortesía utilizamos "mucho gusto en conocerlo". Y eso de viste con buen gusto, o tener buen gusto en la decoración, la lectura, el arte, etc., lo usamos continuamente.

Pues sí, al parecer existe el buen gusto y si no lo crees puedes preguntar a algún experto o experta en protocolo. El concepto de buen gusto ha cambiado a lo largo del tiempo, influido por los juicios estéticos y la sensibilidad de una determinada época, por factores culturales. No conceptuamos como bello lo mismo que hace unos siglos o al menos no con la misma rigidez (proporción, simetría, etc.). También está mediatizado por el mercado, las marcas y la inmediatez, lo efímero, las modas, el gusto por consumirlo rápido.

Creo que tener buen gusto es saber discernir lo que a uno le gusta y lo que no, conformar su propio gusto, independientemente de lo que digan los demás, tener capacidad de pensar y juicio para elegir en el aspecto que sea, en cualquier plano de la vida. ¿Qué criterios objetivos determinan el buen gusto? Porque sobre gustos no hay nada escrito...Y si alguien te dice que tienes mal gusto la respuesta es fácil: ¿mal gusto para ti o para mí? Que te gusta la morcilla de Burgos...genial. Que te encanta el vecino del quinto...estupendo. Que te pierde la música de Julio Iglesias...pues ponte auriculares, yo que sé. Haz lo que te gusta y ya, disfruta de lo que te ofrece la vida y no te aferres a las experiencias negativas, ya sabes lo que dicen: si la vida te da limones...pues sigue exprimiéndola a tu gusto.

Lo que a cada uno le gusta, el apreciar la belleza de algo o alguien siempre está en el interior de cada persona, en su mirada, en su capacidad de ver o sentir más allá de lo puramente estético, del envoltorio exterior. Y es que a mí me gustan las personas por lo que me hacen sentir, por lo que me hacen pensar, cuando después de hablar me queda ese gusto tan dulce y deseo volver a repetir la charla, cuando su humor es ácido pero con un punto agradable, cuando dices: que persona más salada!!!. Y sobre todo, sin lugar a dudas, cuando NO te dejan ese regusto amargo

Final del camino
Esta ha sido la última etapa en el sendero de los sentidos que comenzamos hace unas semanas. Hemos recorrido cada uno de ellos tratando de ir un poco más allá, de reflexionar conectando nuestros sentidos con las emociones. En ocasiones miramos...pero no vemos; oímos...pero no escuchamos; podemos oler...pero no detectamos el aroma del triunfo; podemos tocar...pero nos quedamos en la superficie y nos olvidamos el alma; tenemos la capacidad de detectar sabores...pero nos anclamos en los sinsabores de la vida. Tenemos las habilidades suficientes para hacer un cambio y mejorar en todos estos sentidos (nunca mejor dicho), no las desaprovechemos. 

Y tú ¿saboreas la vida? Si dejas tu comentario aquí ⇩ te leeré con mucho gusto.

         
     
Gracias!!

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