Cuando vas en busca del fuego pero solo encuentras humo

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Cierto que casi siempre se encuentra algo, si se mira, pero no siempre es lo que uno busca. -El Hobbit-, J.R.R. Tolkien

🎵 Procrastinando... procrastinando... 🎵  

En estos meses de obligado encierro creí tener tiempo para hacer millones de cosas, revisar mi CV entre otras. No ha sido así. Por esas casualidades que no sabemos bien por dónde llegan, la pasada semana lo he reformado y actualizado. Tener un trabajo más o  menos estable (jeje, ahora es muy arriesgado decir eso), que no seguro, no te da derecho a descuidar el escaparate en el que plasmamos toda la información de la actualidad laboral que vamos sumando. 

El caso es que llevaba días (más bien semanas) con un tema pululando por mi cabeza, pero no encontraba el momento para sentarme a escribir en serio. Tengo unas cuantas ideas y frases anotadas en distintos papeles por ahí desperdigados, el problema es que para unir todo eso y que tenga un mínimo de sentido, hay que esforzarse un poco y llevo una temporada nula en esfuerzo. Solo hago la fotosíntesis para subsistir y poco más. Hoy al levantarme, me he agarrado de una oreja y arrastrado hasta sentarme delante del teclado y me he dicho: 'Mónica, no te vas a levantar de aquí ni para comer hasta que hayas escrito, al menos, la mitad del post', y oye, con el hambre hemos topado, y aquí me encuentro.

Alguna vez se ha dado el caso de escribir un post en media hora, del tirón, pero es una excepción que solo ocurre cada... millón de años, cuando lo tengo escrito al completo en mi cabeza tal cual quiero decirlo. Hoy  no es uno de esos días. Hoy toca armar el rompecabezas con la piezas que tengo y debo decir que no encajan demasiado bien, no casan, se quieren quedar solteras (madre mía cómo se ponen las cabezas).

Repito que, en estos días caseros en los que el tiempo ha sido mucho y las ganas pocas, me ha dado por hacer un repaso de todo el camino recorrido hasta aquí. Tengo que decir que no he seguido uno recto, más bien he ido tomando aquellas bifurcaciones que me resultaban atractivas en cada momento concreto, siempre dentro de mis intereses. Y aquí llega el problema, la dispersión. En esas bifurcaciones que menciono, más de una vez han desembocado en otras diferentes que me han distraído probablemente más de lo deseado. 

¿Había atajos? Sí, seguramente. 

¿Los he tomado? No, para qué hacerlo fácil cuando hay opciones más complicadas...

Enrollando el ovillo

Pues la inocente revisión del CV que te contaba al inicio del post me ha dado un pequeño dolor de cabeza y como actualmente me acompaña la vena crítica y no dejo títere con cabeza (ni siquiera a mí, de hecho creo que siempre soy la que salgo más perjudicada) empiezo a rememorar todo con criterio de utilidad principalmente. 

Teniendo en cuenta la cantidad de formaciones que he cursado en los últimos muchos años (no podría cuantificar el número de años ni tampoco de formaciones, tanto on-line como presenciales) recuerdo aquellas que me dejaron buen sabor de boca y que he podido interiorizar y aplicar en alguna ocasión. Son muchas, las que más. Aunque también puedo recordar esas otras que tantas expectativas puse en ellas y finalmente me dejaron fría, bien porque no se ajustaba a lo que se anunciaba, bien porque esperaba algo distinto por el contenido, docentes, o lo que fuera que me llamaba la atención. 

Llega el momento de ponernos serios 

¿Has tenido alguna vez esa sensación de "a mí esto qué me aporta"?. Siempre he aprendido algo, pues de todo nos podemos llevar aprendizajes incluso distintos de los que podíamos prever, pero que te hacen pensar en si eso que estabas comprando era solamente "humo", o que las propias expectativas lo hacían más apetecible de lo que realmente era (Ay, la expectativa... prima hermana de la decepción).  

Confieso que sufro una rara dolencia a la que podemos bautizar como el 'síndrome de la acumulación de acciones formativas al por mayor' y me temo que es incurable. Pero en este tiempo que he hecho la fotosíntesis sin otra expectativa que seguir respirando, he visto pasar mucha vida por mi mente. Y al poner palabras a todo eso en el escaparate del que te hablaba me he dado cuenta que sí, pero a la vez no. 

Llenamos treinta horas de actividades en un día que tiene veinticuatro y dejamos tanto en el camino... Hablar a toro pasado es muy fácil, lo sé. Quién tuviera una bola de cristal para poder ver con antelación lo que sí y lo que no, lo que acierta y lo que es un tremendo error, lo que nos acerca o nos aleja de lo que sea. 

Llega el momento (a mí me llega el momento...) de ponernos serios e ir seleccionando sin remordimientos, sin miedo a decir 'no' y perderme algo. Porque estamos buscando desesperadamente fuego y lo que encontramos muchas veces solo es humo, porque buscamos respuestas en otros sin atrevernos a buscar en nosotros mismos, porque nada nos parece suficiente, siempre es demasiado poco.

Y porque si no buscamos respuestas, o que alguien que suponemos mejor que nosotros nos dé su aprobación a lo que hacemos... creemos ser nosotros los 'vendedores de humo' y eso, déjame que te diga, a algunos no nos deja dormir. Y yo ya quiero dormir a pierna suelta. Quiero seguir aprendiendo (porque aún me queda todo por saber) sin la presión de no llegar a ser suficiente nunca para lo que hago, y sabiendo que en este largo camino también he obtenido recursos y herramientas que ofrecer.  

Es algo que tengo que poner en práctica y por lo que trabajar a diario.

Y tú, ¿has sentido alguna vez que te habían vendido humo? ¿Te has sentido alguna vez como un vendehumos? Espero tu respuesta aquí ⬇ en los comentarios o en  la página de Facebook. 

 

    

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