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Deja de pensar mal, que siempre aciertas!



No hay dos sin tres. Después de "cierra los ojos" y "el sexto sentido" me gustaría cerrar la saga o trilogía (que tanto se lleva), llámalo como quieras, con una reflexión. Cómo influyen las creencias en nuestra vida.

Pensar que algo va a salir mal y efectivamente, se lía parda. Levantarte seguro de que será un mal día y finalmente es aún peor. Tener un examen importante, llegar con los nervios de punta porque crees que no vas a dar una y ahí lo tienes, te quedas en blanco. Tener un proyecto con alguien que no confías en sus capacidades y al final no sale bien...


No es que seas un cenizo, no. Lo que ocurre es que nuestra conducta intenta ser coherente con nuestras creencias, incluso aunque sean infundadas. Se le conoce como la profecía autocumplida o efecto Pigmalión. Aquí entran en juego las expectativas y creencias que tenemos sobre otros y, como no, sobre nosotros mismos. Cuando tenemos una imagen negativa sobre alguien no somos capaces de ver más allá de sus errores, ignorando sus cualidades. Del mismo modo, si las expectativas que nos creamos sobre esa persona son positivas es seguro que percibiremos sus éxitos, dejando de lado los aspectos negativos. La imagen que nos formamos de las personas afecta a nuestra conducta hacia ellos y el modo en que construimos nuestra realidad. De igual modo las expectativas y creencias que tienen otros sobre ti te afectan, ocasionando que finalmente hagas lo que se espera de ti. Las expectativas y creencias de una persona respecto a otra influyen en su conducta de tal forma que tienden a confirmarse. En definitiva, la profecía autocumplida es una expectativa que impulsa a las personas a actuar de forma que la expectativa se vuelva cierta. 

Robert Rosenthal, sociólogo norteamericano, utiliza el mito griego de Pigmalión para explicar la importancia que tienen las expectativas sobre las personas, situaciones y cosas para acabar convirtiéndose en realidad.

En la obra "Las metamorfosis",  de Ovidio, se recoge el relato mitológico de Pigmalión. Pigmalión, rey de Chipre, buscó durante mucho tiempo a una mujer con la cual casarse, pero con una condición: debía ser la mujer perfecta. Frustrado en su búsqueda, decidió no casarse y dedicar su tiempo a crear esculturas preciosas para compensar la ausencia. Una de estas, Galatea, era tan bella que Pigmalión se enamoró de la estatua. Pigmalión estaba tan ciego de amor que la trataba como si fuera una mujer real y soñó que la estatua cobraba vida. La diosa Afrodita conmovida por el deseo del rey, convirtió a Galatea en humana. 

El porqué del post de hoy


Tiene su aquel. Hace unos días escribía sobre la intuición, las razones por las que se puede confiar en ella y el alto porcentaje de acierto. Me gusta la idea de que sea en cierto modo fiable porque me dejo guiar bastante por ella, pero a la vez pienso si acierta porque era la decisión correcta o porque quiero creer que es así, por la expectativa creada en torno al resultado (¿Esto no será un poco autoengaño?...) Vale, mi mente es un poco retorcida, lo reconozco. 

Cuando creas algo, o lo intuyas, y finalmente resulte como creías piensa si es un resultado objetivo o simplemente una ilusión influenciada por la expectativa que tenías desde un principio. Y eso no quiere decir que sea algo malo, autoengaño o no, si a ti te sirve bienvenido sea.

Entonces ¿donde dije digo, digo Diego?  

"Tus creencias no están hechas de realidades, sino más bien tu realidad está hecha de tus creencias" Richard Bandler

Creo que es bueno cuestionarse las cosas, lo que damos por sentado, todas esas creencias que tenemos adquiridas y a las que damos el valor absoluto de realidad.
Piensa qué ocurre con las creencias que te limitan. Si estás segur@ de que no eres capaz de hacer algo, no lo harás. Pero, ¿por qué? si no lo has intentado no sabes si puedes hacerlo. Y en el caso de haberlo intentado puede que ahora tengas otras herramientas que te permitan alcanzarlo y que antes no tenías, o puede que simplemente ahora creas en ti. El autoconcepto se crea influido por la imagen que tienen los demás sobre nosotros, por sus expectativas.  

En resumen, en post anteriores hablaba sobre el autoengaño como mecanismo de protección y evitar una situación que nos resulta desagradable. Con la intuición tenemos sentimientos encontrados: o bien la ponemos en un pedestal y es lo que guía nuestro camino o la rechazamos por pensar que es algo fuera de toda lógica. Nos dicen que es un atajo, nos ahorra tiempo y esfuerzo mental, pero no dejan de ser creencias sobre lo que puede salir bien o mal. Al final los diferentes caminos nos llevan al mismo punto y es que nuestras creencias, positivas y negativas, condicionan nuestra vida

Cuidado con lo que crees, por si la profecía se cumple. Ahí lo dejo...




¡Gracias por leer!


Comentarios

  1. Mónica, muy bueno el post, muy interesante.
    La profecía auto-cumplida creo que es una de las leyes fundamentales de las relaciones humanas; en un primer vistazo juzgamos a alguien y curiosamente no erramos en el juicio (aunque no es siempre así) también en el ámbito de las habilidades personales; tareas que emprendemos en las que la confianza en nosotros mismos es fundamental, como aprender a conducir.
    También opino que existe una corriente de pensamiento que se extralimita al justificar todo éxito o fracaso a las creencias personales. Es un error, no somos el centro del universo, somos pequeños y de vez en cuando las circunstancias y el azar nos lo demuestran. Tenemos que trabajar nuestras creencias, pero más el ambiente que nos rodea. ¿Será este producto también de las primeras o al contrario?
    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Gracias Pedro. Ya me pones a pensar jajaja. Leí en algún sitio que somos el resultado de las cinco personas con las que más nos relacionamos (era algo así), no se si es cierto pero las personas que nos rodean nos influyen, y mucho, del mismo modo que nosotros indluímos en ellos. Algunas de nuestras creencias las tenemos "tatuadas" y es muy complicado cambiarlas pero otras se van modificando, matizando y puliendo a lo largo de nuestra vida, y con el cambio de relaciones personales. Para tu pregunta no tengo respuesta, le daré una vueltita (como nos va la marcha en esto de pensar). Un abrazo!

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