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Desde el corazón

"La gente se arregla todos los días el cabello. ¿Por qué no el corazón?" Proverbio chino
Hace mucho que no trato el tema del corazón y de vez en cuando es bueno darle un repaso.

Con el tiempo descubres que hay corazones con arrugas y no por los años sino por acumulación de decepciones, experiencias poco agradables o que no se han abierto nunca del todo con nadie. Algunas de esas arrugas se pueden alisar, creo, a base de tiempo, cariño (hacia uno mismo) y trabajando en la autoestima. Pero hay otras que no se estiran ni con plancha y son esas arrugas que vienen "de fábrica" o que no han sido capaces de aprender a relacionarse afectivamente de manera positiva.



También están los corazones llenos de nudos. Gran trabajo desatar todos esos nudos pequeños y grandes sin romper nada, sin dañar. En ocasiones en solitario y en otras necesitando de alguien que les guíe.
Tenemos a los corazones cerrados bajo siete llaves, totalmente impenetrables que se refugian tras fuertes candados, cada vez más fríos, cada vez más solos aunque estén rodeados de gente.
No podemos pasar por alto los corazones tan grandes que no caben en el pecho, esos que quieren y quieren mucho, ¡¡quieren un huevo!! A los que dan ganas de comértelos y tenerlos muy cerquita en todo momento. Los que no tienen reparo en decir lo que sienten y además lo demuestran con cada hecho. Los que se sienten orgullosos de caminar contigo, los que no se esconden.
Quién no se ha topado con un corazón de piedra, de duros sentimientos si es que los tiene (pienso que sí) o tal vez se esconde tras una pose dura e indiferente para protegerse de algo, vete tú a saber qué.
O corazones que desvelan, como el café. Te roban el sueño, o te dejan soñando despierto mejor dicho. Esos que por más que cierres los ojos no hay descanso, ahí están y es la última imagen que ves cada noche.


Pongamos en valor los corazones de chocolate, toda dulzura. Los que aportan la chispa del cariño y el cuidado. Tengamos en cuenta que ellos también necesitan y merecen cuidado. No pidamos lo que no somos capaces de dar ni abusemos de la ternura que nos proporcionan.
Los corazones viajeros y aventureros, esos que no echan raíces en ninguna parte. Espíritus libres sin ataduras que cada cierto tiempo necesitan volar en busca de otras emociones, otras historias, otras vidas.

Corazones robados, cautivos. Los que no entienden estar lejos de aquello o aquellos que aman. Un torbellino de emociones que  llegado el momento serenarán. 


Corazones que hieren. Cargados de dolor y que a su vez causan dolor a todo lo que tocan. Los que no saben querer, que agreden, mienten y manipulan. Esos corazones que hacen daño cuando estás y cuando te marchas también. Que persiguen, destruyen, ofenden, injurian, menosprecian, difaman...Esos de los que cuanto más lejos mejor.

Cuídate
Si ya recomiendan cuidar la salud, llevar una vida sana para evitar el colesterol y la tensión arterial alta que pueden afectar al corazón, creo que también es necesario cuidar de nuestras emociones, aprender a gestionarlas con inteligencia. Acumular tensiones, malos momentos, berrinches, disgustos...hasta explotar no puede beneficiar a nadie. Esperar a que se produzca el colapso y estallar es perjudicial para cualquiera y para todos los que nos rodean. Aprendamos a manejar las situaciones, a actuar de manera correcta y positiva (aunque te voy a decir en secreto que a mi me cuesta porque con ciertas cosas me llevan los demonios, no obstante trato de mejorar)

Por todo eso cuídate mucho, eres importante. Te lo digo...de todo corazón

Seguro que hay muchos otros tipos de corazones ¿Te atreves a completarlo? ¿Cuál tienes tú?

*Imágenes Pexels y Pixabay
 
   
Muchas gracias y Felices Fiestas!!!!

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