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"Yo no estudio para escribir, ni menos para enseñar (que fuera en mí desmedida soberbia), sino solo por ver si con estudiar ignoro menos..." Sor Juana Inés de la Cruz
Después de una maratón de cursos y aprendizajes en los últimos años me cuestiono la utilidad de la mayoría de ellos. Y no porque piense que no lo son, ni mucho menos. Mi pregunta es de qué manera me son útiles a mi, en mis circunstancias personales, en este momento, ahora. Son muchas horas empleadas, mucho dinero y esfuerzo invertido. El coste económico y personal es alto.
Te estoy oyendo murmurar "mírala, ya se está arrepintiendo. Mucho ha durado. Se desinfla como un globo. ¿Dónde está la constancia?" etc. No se trata de eso pero está finalizando el año y creo que va siendo tiempo de hacer un balance, evaluar muchas de las variables que aunque no queramos reconocer nos influyen de una manera u otra.
Saturada
Creo que como todos, también quiero poder utilizar esos conocimientos que he ido sumando. A mi ya me sirven no solo a nivel profesional sino también en el plano personal. La mayoría son elegidos y deseados, hechos con ganas y no con ánimo de recibir y acrecentar mi pila de diplomas y certificados que va siendo grande. Hace mucho que decidí aprender lo que me guste y apetezca en cada momento, con final titulado o no (últimamente me decanto por estos últimos). Y como me sirven a mi, también quiero poder darle salida de algún modo y aplicarlo.
Me gustaría poner un ejemplo, quizá no sea el más acertado pero creo que puede servir. Imagina que siembras trigo y a su debido tiempo lo recoges. Lo guardas en un silo y como ha sido un buen año está a rebosar. Sigues trabajando en ello día tras día. ¿Pero qué ocurre si solamente lo almacenas? Por mucho que tú utilices siempre estará lleno, no se puede consumir más que una pequeña parte de ello, queda mucho sin aprovechar. Claro que no lo queremos solamente para nosotros, queremos que otras personas puedan beneficiarse de ello. Si no encontramos el modo de hacerlo allí se queda, que es fantástico porque ahí sigue pero con el tiempo quizá una parte se estropee.
Ahora lo traslado a mi tema pendiente. Evidentemente los conocimientos no se estropean pero puede que de no utilizarlos algunos se olviden y se pierda parte de lo aprendido, con el tiempo y la falta de uso se oxida hasta lo más deslumbrante!!
Ya está preguntando...
Por lo tanto me planteo:
¿Hasta qué punto me resulta útil lo que hago?
¿Con todo eso consigo avanzar hacia donde quiero?
¿Son aplicables en este momento?
¿Y a medio-largo plazo?
¿Puedo integrarlo de algún modo con los recursos ya adquiridos anteriormente?
¿Estoy en el camino correcto o debo cambiar la ruta? (recalculando, dice mi diabólico 📟)
Con todo esto además de nuevas preguntas que surgirán (será por preguntas...) pretendo reorientar mi dirección en los próximos meses hacia lo que me resulte más atractivo y estimulante, a lo que me guste y me parezca útil, práctico y aplicable.
No me arrepiento
Para nada. Gracias a lo que llevo conmigo he conseguido avances positivos y satisfactorios, adaptando continuamente y aplicando aprendizajes que creí olvidados. Sin arrepentimiento por todo el tiempo y esfuerzo empleado. Satisfecha con las decisiones tomadas en cada momento y con nuevas metas en mente, una vuelta de tuerca una vez más. Siempre con ganas de seguir aprendiendo, curiosidad insaciable.
Para terminar quiero dejar un poema de Magalí Frutis, poeta argentina.
Yo no leo
Yo no leo para ser más inteligente,
leo para ignorar un poco menos.
Yo no leo para ser una persona más compleja,
leo para ser alguien más simple.
Yo no leo para enriquecer mi vocabulario,
leo para no endeudarme con mi lengua.
Yo no leo cientos de libros,
leo a veces muchas veces el mismo.
Yo no leo para sentirme realizada,
leo lo que me realiza para sentirme.
Yo no leo para decirte que leo,
leo para escuchar otras voces en mi silencio.
Yo no leo para olvidarme de la realidad,
leo para transformar la mía.
Yo no leo para transportarme a otras historias,
leo para que otras historias sean parte de la mía.
leo para que otras historias sean parte de la mía.
Yo no leo para juzgar lo que otros leen,
leo para cuestionarme lo que leo yo misma.
Yo no leo porque vaya a ser mejor persona,
yo simplemente leo porque leo.
Ahora te toca a ti. ¿Te atreves a responder las preguntas? ¿Tienes las tuyas propias? ¿Conoces las claves para llevar a la práctica tanta teoría? si es así soy toda ojos para leerte. No digo más...
Gracias!!!
Muy buena reflexión, el poema final genial. Algunos siempre vendemos todo el trigo, perdón, excepto lo que se vuelve a sembrar.
ResponderEliminarGracias. Sabía que lo del trigo te llegaría al corazón...y claro que lo vendes, el que sabe...sabe
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