Imagen Mikael Kristenson
No hay nada tan recompensante como hacer a la gente darse cuenta de que son valiosas en este mundo.-Bob Anderson
Siguiendo la temática del anterior post en esta ocasión me voy a referir al maltrato institucional. Es el abuso que se produce en el marco de las instituciones y servicios a personas mayores. Debemos diferenciar entre los abusos que se realizan de modo intencionado y por otro lado de las prácticas inadecuadas cuando se producen de forma no intencionada en los centros por descuido o desconocimiento, incluso puede que el reglamento sea negativo para los usuarios afectando a su calidad de vida.
El maltrato se puede dar en muy diversas formas, violencia física, abuso psicológico, cuando no se les administra la medicación de manera adecuada, si las condiciones ambientales no son las idóneas, si no se proporciona privacidad e intimidad, infantilización...También es cierto que muchas de las personas que realizan estos abusos no lo hacen de manera intencionada o premeditada sino fruto de circunstancias tales como la sobrecarga de trabajo, estrés, rigidez en los horarios, protocolos estrictos, falta de formación y habilidades para enfrentarse a un trabajo de esta naturaleza entre otros factores.
Es una práctica extendida la contención física o farmacológica. Entendiendo por contención física cualquier método, aplicado a una persona, que limite su libertad de movimientos, la actividad física, o el normal acceso a cualquier parte de su cuerpo. Se utiliza para evitar caídas y traumatismos, en estados de agitación, deambulación, problemas de movilidad, etc. En algunas instituciones se recurre a ella con excesiva frecuencia. Su práctica debería limitarse al máximo pues aunque sea para prevenir riesgos es negativo para el mayor y puede generar agitación, incontinencia, pérdida del tono muscular, ulceras por presión... Como excepción debería utilizarse solamente en casos de riesgo para la vida de la persona y si no fuera posible otra alternativa. La contención farmacológica es el uso inadecuado de medicación para controlar una conducta molesta así como la prescripción de tranquilizantes no justificada con la intención de manejar un problema que a buen seguro tiene una solución mejor. La medicación debe ser utilizada siempre en las dosis adecuadas y en base a una patología que lo justifique.
Respeta a otros y otros te respetarán a ti.-Confucio.
Es importante conocer las iniciativas que persiguen desatar al anciano en los centros, la existencia de centros y programas libres de sujeciones deben servir de experiencia para implantarlo en el mayor posible de instituciones, cada una con sus particularidades pero siempre buscando el mayor beneficio en la calidad de vida de las personas mayores, fomentando su autonomía, ofreciéndoles un trato adecuado a sus circunstancias personales cuidando su salud física y emocional. Es un proceso largo pero posible.
¡Gracias por leerme!
Guía básica para la detección y actuación ante situaciones de maltrato a personas mayores.
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