Lo que la verdad esconde

"Somos nuestro propio demonio y hacemos de este mundo nuestro propio infierno". Oscar Wilde

No, mi intención no es comentar una película ni mucho menos. El post de hoy viene a raíz de un escrito que realicé hace un par de semanas. En un momento de desilusión y decepción me encontré en un estado anímico bastante mustio. No se me ocurrió otra cosa que ponerme a escribir. Dos personas me recomendaron ponerlo en cuarentena y pasados unos días retomarlo por lo que aquí estoy de nuevo, con mejor ánimo, en el teclado.

Te conozco y me conoces...o no.

Y es que ¿quién conoce toda la verdad? creemos conocer bien a todos los que nos rodean pero siempre hay actitudes que en determinado momento nos sorprenden, tanto en sentido positivo como negativo. Pero uno mismo no se libra de ello, no sabemos que comportamiento manifestamos en unas u otras situaciones porque ante lo inesperado la reacción no es siempre la misma. Tampoco podemos tener un plan programado para cada una de las circunstancias a las que  nos enfrentamos, porque en la relación con los demás no todo depende de uno mismo y aunque creas como va a reaccionar el que tienes enfrente te puede desconcertar haciendo o diciendo lo que no esperas.

Aunque algunos acostumbran a ir normalmente de cara aprenden que está muy bien pero con precaución porque siempre hay algún gracioso que va y se la parte. No a todo el mundo le gusta que le lleven la contraria ni le digan lo que piensan de ellos, o solo les gusta que les digan los aspectos positivos pero no los negativos y todos tenemos ambas caras, eso es innegable. Otra cosa que se lo digan (o te lo digan) sin pizca de respeto, asolando por donde pasan como el caballo de Atila. ¡Ojito! 

El problema es que cuando alguien es de ir con la cara por delante a pesar de las tortas lo sigue haciendo, en un principio con más precaución pero con el tiempo se va relajando y vuelve a sus costumbres, entonces es cuando de nuevo ¡ZAS!...otra vez que le sacuden. Y acaba todo magullado, con lágrimas en los ojos y pensando que no le vuelve a pasar. 

Las cartas sobre la mesa.

Incluso los que alardean de ir con la verdad también tienen una cara oculta, no van a enseñar todas las cartas en la primera jugada...ni en la segunda. Pero hay personas que son un auténtico enigma, para descifrar a esa gente hacen falta varias vidas porque con una sola es imposible llegar ni a la capa más exterior y es una lástima porque todo el mundo tiene algo valioso que ofrecer. 

Prefiero ser de los que esconden poco, seguro habrá quien piense que es una debilidad pero yo creo todo lo contrario. Porque la gente te conoce tal como eres y si te acepta bien y si no es así pues asunto suyo, no se puede gustar a todos. En cambio si te escondes bajo siete llaves quizá la gente te aprecie por lo que aparentas o representas pero no por lo que eres y ¿eso es lo que queremos? ¿Hasta cuando podremos representar un papel? ¿Creemos que no nos descubrirán nunca? Nunca es mucho tiempo, además no escondemos nada malo, ¿verdad?. No me siento débil por las heridas recibidas, quizá haya pasado por momentos de fragilidad y abatimiento pero de todos (hasta el momento) he salido reforzada recibiendo grandes lecciones y una de las cosas que más me gusta es aprender, con cariño si puede ser eso si...mejor por las buenas que por las malas.

Por todas esas desilusiones, decepciones, sinsabores, desencantos, desengaños...(se nota que he tirado de sinónimos) ofrezcamos nuestra mejor cara, lo peor que puede pasar es que nos la partan de nuevo y aunque muy desagradable no es el fin del mundo. Fuera morriña y a lucir una sonrisa porque tarde o temprano saldrá a relucir lo que la verdad esconde.

Gracias