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"La música expresa lo que no puede ser dicho y aquello sobre lo que es imposible permanecer en silencio" Victor Hugo
Me encanta la música. Hay canciones que te trasladan a momentos vividos e inolvidables o recuerdan aromas, lugares, personas..., despiertan emociones que remueven algo por dentro. Del mismo modo, hay canciones que asocias a otras situaciones menos agradables y oírlas puede ser una tortura. Es curioso como algunas canciones no te gustan nada pero por alguna razón son pegadizas, no puedes sacarlas de la cabeza y ahí estás todo el día canturreando sin parar, sin saber por qué.
Si no te gusta no pasa nada
Hay personas a las que no les gusta la música. Científicos catalanes lo han corroborado en un estudio de la Universidad de Barcelona y el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Bellvitge. Aquellas personas a las que les emociona la música sufren un incremento del ritmo cardíaco y en la conductancia de la piel relacionados con el grado de placer, mientras que las personas a las que no les gusta (anhedonia musical) no muestran cambios. Son personas sanas, sin patologías asociadas al sistema de recompensa ni problemas para percibir la música, simplemente no responden emocionalmente ante la música.
Cantando (por decirlo de algún modo)
Me siento afortunada por no sufrir esa anhedonia. Sentir como se eriza la piel al escuchar unos acordes, la melodía recorriendo el cuerpo entero. Vibrar de emoción mientras los pies tratan de seguir el ritmo (aunque sea a trompicones), utilizar una cuchara (o el utensilio más cercano que pueda servir) a modo de micrófono 🎤 y desgañitarse profiriendo toda una serie de berridos y alaridos de manera que todo bicho viviente que tenga capacidad para moverse por sí mismo, se aleje a la velocidad de la luz hasta una distancia lo suficientemente prudente que le permita salvarse de una rotura de tímpanos. O en el coche, subes el volumen y a vociferar tratando de colocar alguna nota 🎵 en su sitio cuando lo que se consigue es un destrozo musical monumental.
Beneficios de la música
En muchas culturas se ha empleado la música como medio terapéutico. La investigación sobre musicoterapia se realiza en todas las edades y enfermedades. La musicoterapia como terapia no farmacológica recomendada para personas con demencia ha demostrado que la música favorece la memoria autobiográfica en personas con demencia, reduciéndose de manera significativa la ansiedad. Por lo tanto no solo la música utilizada de forma recreativa tiene efectos placenteros, sino que puede tener otros efectos bioquímicos, fisiológicos, cognitivos, etc., beneficiosos en entornos educativos o médicos.
Para terminar
Para terminar
"En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad" Arthur Schopenhauer
Me encanta la música y tarareo canciones. Y es que a veces, cuando resulta difícil expresar lo que sientes, puedes recurrir a la música, la más bella forma de manifestar lo que no puede permanecer en silencio. Ahí lo dejo...
¿Te gusta la música?
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