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Pequeño manual de primeros auxilios para corazones rotos


“¿Sabe lo mejor de los corazones rotos? Que solo pueden romperse de verdad una vez. Lo demás son rasguños”- Carlos Ruiz Zafón
Seguramente sabes como curar pequeños  raspones, cortes, "chichones", torceduras...y en casa tendrás alguna especie de botiquín para esos pequeños accidentes, no necesitas ser un especialista, poner una tirita o aplicar frío donde sea necesario es relativamente sencillo. 

¿Qué ocurre cuando lo que se debe atender es un corazón roto? Resulta que quien más y quien menos se ha visto aquejado por este mal. Cuando se trata de auxiliar a alguien cercano en este trance reconozco que en lugar de acompañarle acostumbramos a opinar según nuestro punto de vista, sin tener en cuenta que desde nuestra situación todo parece más sencillo, que el corazón roto es el del otro y no el nuestro.


Se ha escrito mucho y bien sobre los asuntos del corazón, tantas opiniones como personas, tantas recomendaciones como experiencias. En esta línea, y siendo consciente de lo fácil que nos resulta aconsejar al prójimo, voy a destacar unos puntos para elaborar mi pequeño manual de primeros auxilios para corazones rotos.
 “La gente se arregla todos los días el cabello ¿Por qué no el corazón?”–Proverbio Chino
A un corazón roto no se le debe agobiar a preguntas, ya contará lo que necesite en su momento, si quiere. Lo importante es acompañarle y que sienta que estamos a su lado.

Un corazón roto necesita una mano amiga que le comprenda incluso sin hablar, alguien con quien pueda pasear o desahogarse. Toneladas de paciencia, capacidad de escucha, empatía...en definitiva, alguien capaz de entenderle sin juzgar

Un corazón roto pasará por una serie de etapas, conocerlas es clave para aprender a superarlas. Incredulidad, culpabilidad, enfado, rabia, tristeza...son habituales y naturales en estas situaciones. Hasta llegar a aceptar y superarlo es muy posible volver a etapas anteriores que se creían pasadas. ¿Quiere quedarse en el dolor o desea buscar el modo de sanarse? ¿Lamentarse o trabajar para superarlo?

Es indispensable dejar salir las emociones, expresarlas, llorar si es necesario, lograr desahogarse, sacar el dolor, para llegado el momento dejar partir esas emociones. 


Deseable cambiar las rutinas que había establecido en su situación anterior, romper antiguos hábitos, conocer gente nueva. Retomar actividades que se habían dejado de lado, invertir en uno mismo.

Afrontar la realidad y aceptar la nueva situación. Limitar al máximo el contacto con la expareja, se terminó y para qué seguir con la ilusión de retomar aquello que no va a ninguna parte. Es deseable saber poner punto y final.




Darse tiempo para superarlo. El tiempo no lo cura todo pero sirve para ver las cosas desde otra perspectiva, atenuando el dolor y amortiguando las emociones más intensas. 


Finalmente borrón y sonrisa nueva. El corazón puede estar seguro que sobrevivirá y la experiencia puede y debe servir de aprendizaje, de conocimiento personal y evolución. Disfrutar de las pequeñas cosas que nos ofrece la vida, descubrir la belleza en lo inesperado, sorprenderse con nuevas ilusiones.


Y si la situación se alarga en el tiempo y se vuelve insostenible, buscar ayuda de un profesional es la mejor decisión que se puede tomar.


Hasta aquí mi breve manual de primeros auxilios para corazones rotos. Y tú, ¿le pones tiritas al corazón partío como dice la canción o buscas la cura definitiva? ¿tienes tu propio manual? Ahí lo dejo...

*Imágenes Pexels







     
     Muchas gracias






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