Pixabay
"Nada hay en el mundo, ni hombre ni diablo ni cosa alguna, que sea para mi tan sospechoso como el amor, pues éste penetra en el alma más que cualquier otra cosa. Nada hay que ocupe y ate más al corazón que el amor. Por eso, cuando no dispone de armas para gobernarse, el alma se hunde, por el amor, en la más honda de las ruinas." El Nombre de la Rosa. Umberto Eco
Todo me recordaba a ti.
La lluvia, y la manera en que nos abrazábamos bajo el paraguas aunque supiéramos que acabaríamos empapados, pero felices.
Las tardes de sofá y manta, los domingos de invierno mientras alguna película trataba de captar nuestra atención, que solo era nuestra.
El aroma del café por la mañana, y tu costumbre de tomarlo solo, sin azúcar, dejando pequeñas gotas por la encimera.
Las perchas vacías, que un día estuvieron ocupadas por ti, tu ropa, tus gustos.
La Navidad, y todas las celebraciones que compartimos, solos y en familia.
El mando del televisor, y las peleas por obtener el preciado trofeo entre las manos y esa risa que lo inundaba todo.
El asiento del tren, y los recuerdos de las charlas interminables en cada viaje hasta que me quedaba dormida, siempre yo.
Todo me recordaba a ti,
hasta que un día, olvidé que todo me recordaba a ti.
Gracias
Comentarios
Publicar un comentario