Esta semana estamos de celebración en este espacio. Te Presto Mis Zapatillas cumple cuatro años 🎉🎈
Razones para celebrar
He contado en numerosas ocasiones las muchas alegrías y satisfacciones que me ha proporcionado a los largo de todo este tiempo. La primera, comprobar que he podido publicar de manera más o menos regular a lo largo de estos cuatro años sin dejarlo abandonado a su suerte. También el apoyo y aliento de muchas personas que siguen ahí lectura tras lectura. Quiero remarcar que el blog nació como ejercicio práctico de un curso sobre redes sociales, es simplemente un ejercicio de expresión personal y si de paso a alguien le puede servir como entretenimiento, lectura, o encontrarle alguna utilidad ya es mucho más de lo que pude imaginar aquél 16 de enero de 2015. Por lo tanto ya tenemos el por qué de este espacio. Pero hay más, un para qué: para poner orden a ideas y pensamientos, para compartir reflexiones sobre temas cotidianos (por esa razón algunas personas se ven reflejadas en lo que leen), para expresar de manera pausada lo que desborda mi cabeza, eso que no me deja dormir muchas veces.
Ordenando el caos
En el último año han sido 32 las publicaciones realizadas. Con el paso del tiempo, las mismas han ido adquiriendo un carácter más personal aunque siguen siendo publicaciones sobre temas que me preocupan y situaciones que veo en el día a día que me hacen reflexionar o me llaman la atención. El trabajo de poner orden entre tanto pensamiento que viene y va, ha logrado que me conozca un poco más. Al mismo tiempo, he podido comprobar cómo en ocasiones nos empecinamos en algo que finalmente resulta ser equivocado. Tratar de ver las situaciones desde distintos ángulos me ha servido para aprender que aunque creamos estar muy seguros de algo, no siempre tenemos la razón de nuestra parte. Por eso me gusta leer y escuchar no solo a las personas que piensan parecido a mi, también a las personas que discrepan, que argumentan sus opiniones, que son capaces de hacer una crítica constructiva.
Mirarse al espejo con estilo
En cuanto al aspecto del blog, durante los dos primeros años ha sido el mismo, color naranja (de ahí salió el logo) y una presentación básica. El tercer año hubo un cambio, un lavado de cara, dando prioridad al contraste, jugando con los colores oscuros, un poco más sofisticado. Pero sigue pidiendo más. Este año vuelve renovado, minimalista, sobrio, solamente destacando las palabras para evitar distracciones. Solos tú y yo.
Distancia
Es evidente que en los últimos meses las publicaciones se han espaciado. Llevo tiempo evaluando todo el recorrido. Estoy viendo opciones, consultando opiniones, buscando alternativas. Y todo eso lleva tiempo. Esta cabeza maquina sin parar, con ideas de todo tipo; ideas que hay que valorar, estudiar la viabilidad de cada una de ellas y contar con el tiempo disponible para dedicarle, que es lo más complicado.
Tiempo, siempre el tiempo
Cuatro años dan para mucho. Todo cambia y este espacio no es una excepción. El cambio es perceptible, la evolución no tiene marcha atrás. Hacia dónde, quién sabe. A mejor, a peor...ya veremos. Aunque la verdad...no me quita el sueño 💤 porque...
Te Presto Mis Zapatillas es todoterreno
Aunque hay que adaptarse a las distintas formas de contar cada historia y cada pensamiento. Y en ese punto nos encontramos, en proceso de adaptación. Intento civilizar mis maneras de escribir, que están asilvestradas, pero es que vagan a su libre albedrío por su propio mundo y en cuanto las manos tienen acceso al teclado pierden toda compostura y se olvidan de lo que estaba escrito en el papel. Toman el mando, conectan con el cerebro y se dan a la fuga juntos. No responden a otras órdenes.
Rebelión
No hay remedio. Me veo a día de hoy intentando poner riendas a lo que vive desbocado, frenar a lo que ha disfrutado de completa libertad. Se resiste. Era de esperar. La rebeldía es el sello de algunos pensamientos que acaban expresándose. La sensatez es obligada cuando se van cumpliendo años.
Libre, desbocada, rebelde o sensata...
No puedo dejar de dar las gracias
A todas y todos los que me regaláis unos minutos de vuestro tiempo para leerme, los que estáis y os ponéis mis zapatillas, compartís alguna de mis lecturas de andar por casa, a los valientes que se atrevieron a invitarme a sus hogares digitales en alguna ocasión, los que me hacéis llegar vuestras impresiones, respondéis a lo publicado, a quien revisa y corrige todo antes de publicar, etc., muchas gracias, porque sin vosotros nada sería lo mismo.
¡Muchas gracias!
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