Imagen Pixabay Cuando soplan vientos de cambio, algunos levantan muros y otros construyen molinos. Proverbio chino Creo que tenemos una conversación a medias y va siendo tiempo de retomar. Más que nada para que no se enfríe. Las relaciones que no comparten temas de conversación no pueden llegar lejos y no quiero que sea el caso. Resulta que hoy he ido a visitar a mi madre, como cada día. Solo que en fin de semana aprovecho para ayudarla en alguna tarea y pasamos un tiempo más juntas. Al salir del coche, en la puerta de su casa, me asalta una fuerte racha de viento. Que hacía un ventarrón de cuidado, vaya. Desde aquí, mientras recojo algunas cosillas puedo escuchar como silba a través del cristal, está realmente alterado y se lleva todo lo que puede por delante. Tengo una extraña relación con el viento que viene de lejos. Me atrae y me produce respeto al mismo tiempo. Como una relación amor-odio. Ni contigo ni sin ti. Es un me gusta, pero no. Y es que no dejo de pensar...
Qué bonito el camino si es a tu lado, llueva o brille el sol. Desde que llegaste a mi vida tengo mil razones y una más para seguir. Desde entonces he intentado que tú quieras sentir... Sentir la vida con todo su envoltorio, a veces tan amable, a veces tan ruin. Sentir... Rasgando los miedos con tanta furia que no se atrevan a decir ni pío. Abrazando las dudas con tanto amor que se disipen. Llenando el silencio con tanta alegría que tengamos que abrir la puerta para que no se desborde. Hay miles de cosas que me gustaría decirte... Decirte que hay palabras que lo dicen todo y también que a veces son vanas. Que un abrazo puede curar cualquier mal, aunque no lo haga. Que te marcan el ritmo, pero tú lo bailas y yo, sin dudarlo, te toco las palmas. Que muchos ojos miran, pero son los tuyos los que deben ver. Que solo tienes que decir mamá y yo... yo allí estaré.