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"En el medio del odio me pareció que había dentro de mí un amor invencible. En medio de las lágrimas me pareció que había dentro de mí una sonrisa invencible. En medio del caos me pareció que había dentro de mí una calma invencible. Me di cuenta, a pesar de todo, que en medio del invierno había dentro de mí un verano invencible. Y eso me hace feliz. Porque no importa lo duro que el mundo empuje en mi contra, dentro de mí hay algo mejor empujando de vuelta". Albert Camus
"Eres la persona más fuerte que conozco"
Lo han vuelto a hacer, otra vez te dicen que eres fuerte, valiente. Pero ¿Es que queda otra? ¿Tienes otra opción?
Fuerte porque no agachas la cabeza,
porque no te rindes,
porque no te doblegas,
porque después de cada caída te vuelves a levantar.
Aquello que puede parecer un halago en ocasiones es una condena. Sí, condena porque algunos lo utilizan como justificación para hacer daño, total qué importa si eres fuerte y todo lo aguantas; Para ponerte la zancadilla, si ya saben que no te vas a hundir; Para traicionarte, si en el fondo no sienten remordimientos porque siempre encontrarás el modo de remontar.
Aquél que es débil o se muestra como tal es protegido y mimado pero si eres fuerte o así te conceptúan olvídate de ser tenido en consideración, eres la resiliencia personificada, puro acero en vena. No esperes benevolencia, compasión ni indulgencia si cometes un error, para ti no están permitidos.
Te acusan de ser insensible, creen que ni sientes ni padeces. Claro que ellos no ven tus lágrimas, no ven cuando te hundes en soledad, en esos momentos en los que no hay nadie. No tienen ni idea de lo duro que es limpiarse las heridas después de cada tropiezo, ponerse en pie como si no pasara nada, tener que desterrar de la memoria esas traiciones para poder continuar. No conocen el esfuerzo sobrehumano que haces para volver a tirar del carro cuando te pisan y ahogan, cuando te hacen a un lado a empujones, cuando te menosprecian, cuando pasan por encima de ti como una apisonadora. Son incapaces de imaginar que puedas sentir miedo, y lo sientes, claro que lo sientes. Miedo que paraliza, que no deja respirar.
Pero por alguna razón te han etiquetado. Eres fuerte, punto. En su imagen no entras en la categoría de víctima. Eres quien puede con todo y ¡pobre de ti si no es así! porque la caballería no vendrá en tu ayuda. Toca ponerse la capa y empezar a volar.
Al final te acostumbras y encuentras las ventajas de contar contigo mismo y nadie más. Eso es que puedes y no todos pueden. Eso es que tu capacidad de adaptación es excepcional. Eso es que a fuerza de tanto entrenar consigues volar y dejas atrás aquello que te retenía. Eso es que por mucho que creas que estás a punto de hundirte acabarás respirando.
Y así seguirás siendo
¿Ganas algo dejándote arrastrar por los malos momentos? ¿Lamentándote las situaciones cambiarán a mejor? ¿Viviendo como un alma en pena te pondrán una alfombra y te harán pasillo para allanar el camino? Si sabes la respuesta espero tus comentarios aquí ⇩ o en Facebook
Gracias
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