"En los cuentos infantiles,las princesas besan a los sapos, que se transforman en príncipes. En la vida real, las princesas besan a los príncipes, que se transforman en sapos" Paulo Coelho
Hace unos días quedé con mi amiga Cenicienta. Llevábamos tiempo sin vernos y teníamos ganas de contarnos las novedades en nuestra vida con calma. Pasamos una tarde inolvidable rajando sin parar.
Cenicienta es una mujer divertida, inteligente y muy directa. Está cansada de que la gente murmure sin parar a sus espaldas, de que inventen sobre su vida sin conocer la verdad. Y es que su vida no ha sido, ni es, un cuento de hadas. Lo que oyes por ahí no se ajusta a la realidad, es como el juego del teléfono escacharrado ¿Lo conoces? seguro ahora tiene un nombre más glamuroso y moderno pero en mis tiempo se llamaba así. Al final lo que importa es que uno cuenta algo y entre dimes y diretes, las lagunas las rellenamos con un poco de cosecha propia y empezamos hablando de tomates y terminamos casando a la hija del boticario.
Cenicienta en su juventud sufrió bullying durante años, a manos de algunos compañeros de clase, principalmente de las hermanas Tras, Herminia y Socorro Tras, conocidas por ser el terror del barrio, envidiosas y puñeteras hasta decir basta, un infierno para su bendita madre que no sabía que hacer ya con ellas. Este par de dos no son hermanas de Cenicienta pero las malas lenguas confundieron eso de las hermanas Tras con hermanastras y ya se lo adjudicaron.
A pesar de las malas experiencias, mi amiga siempre consiguió mantener el tipo y seguir adelante con su vida, haciendo a un lado todo aquello que pudiera amargarle la vida, superando cada obstáculo que se la pone por delante. Tampoco es una princesa ni viene de familia rica, ha estudiado esforzándose por obtener becas que la costearan esos estudios. Ha trabajado duro para llegar donde está y para ser la persona en la que se ha convertido.
Dicen por ahí que si tal y que si cual con su hada madrina. No tienen ni idea. Es cierto que la encontró, solo que en este caso es "hado". Y sí, la regaló algo. Pero no un vestido sino certeza y seguridad en sí misma, un amigo como quedan pocos. De esos que te dicen lo que piensan aunque les cueste tu amistad y no lo que quieres oír. ¿Y los zapatos? Se los compró ella, no hay más misterio.
El que tiene más cuento que Calleja es su novio Príncipe, o ex-novio a estas alturas. Él se las da de sangre azul pero lo único que tiene es un morro que se lo pisa, la verdad que le ha salido más bien "rana". Y ella está enamorada, porque cuando Cenicienta hace algo lo hace de verdad y se enamoró sin remedio.
Se conocieron por internet como un gran número de parejas actualmente. Compartían intereses y aficiones comunes, coincidieron por casualidad o eso creía ella. Una persona con gran sensibilidad que bebía los vientos por ella, cariñoso, atento, detallista...una joya. Solo que tiene un defectillo, resulta que Cenicienta es una más en el harén de la red, aunque él la prometió la luna va a tener que conformarse con un pedazo.
Al principio no se dio cuenta pero con el tiempo ha descubierto el fregao y está de lo más disgustada. Príncipe niega la mayor pero no hay duda, algunas cosas terminan cayendo por su peso y prefiere no engañarse a sí misma que ya lo hace bastante él.
Se siente estafada emocionalmente, profundamente dolida. Y ahí entra la leyenda del zapato. No lo perdió, no. Se lo quitó para correr más rápido huyendo del dichoso Príncipe, no lo quiere cerca ni en retrato. Y eso que él lo sigue intentado y la busca, pero Cenicienta sabe con certeza que no es en exclusiva por ella pues ha comprobado que no le importa seguir buscando a cualquiera que se ajuste al zapato.
Con el gran humor que la caracteriza me dice que ha decidido no seguir besando sapos y andar con más cuidado antes de entregar su corazón a caballeros que lo único que hacen es ilusionar y prometer pero de cumplimiento, honradez y lealtad no conocen ni el nombre.
Y esta es una parte de la verdadera historia de mi amiga Cenicienta. Dependiendo de quién te lo cuente...¡cómo cambia el cuento!.
*Imágenes Pixabay
Gracias!!!
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