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La ocasión la pintan calva


Pixabay

Se me ha ocurrido comenzar el año hablando sobre oportunidades y melenas y qué mejor ocasión que estas fechas en las que prácticamente todos hacemos nuestra lista de propósitos. Hablo de oportunidades porque tenemos 365 días llenos de ellas. ¿Y de melenas? Sigue leyendo que te lo aclaro.

Ocasiones y melenas
He leído que los romanos tenían una diosa que llamaban Ocasión. A Ocasión la pintaban como una mujer muy hermosa, desnuda, de puntillas sobre una rueda y con alas, en la espalda o en los pies. Con ello indicaban que las buenas ocasiones pasan rápidamente. ¿Sabes cómo representaban la cabeza de esta diosa? Por delante y en torno a la frente con una abundante cabellera pero enteramente calva por detrás. De este modo expresaban la imposibilidad de asir por los pelos a las ocasiones una vez que han pasado y la facilidad de agarrarse a ellas cuando se las espera de frente. 



Negar que algunas oportunidades pasan una sola vez en la vida puede ser un tanto atrevido, otra cosa que esa oportunidad la veamos claramente. Que no seamos capaces de verlo no significa que no esté o no pase a nuestro lado (ya hablé una vez de la miopía mental). Conozco auténticos cazadores de oportunidades, que tienen a la Diosa Ocasión calva pero de tantos tirones, no pierden una. En el extremo contrario los que no pillan una ni de refilón, que van cuando los demás vienen de vuelta. Entre ambos está el común de los mortales, los que a veces sí pero otras no. 




Y negar que hay oportunidades que pasan todos los días es totalmente contrario a la lógica, al menos contrario a la mía. Si no fuera así estaríamos perdidos. La vida nos da ocasiones constantemente, puede que no las mismas que ya pasaron pero sí otras que son igual de valiosas o quizá mejores.  



¿Otra vez con los propósitos?

Otra vez... Estrenamos año y lo tenemos prácticamente entero para aprovechar cada oportunidad que se nos brinde, también para exprimir las ocasiones que nos ponemos delante nosotros mismo, no lo olvides. No me resisto a mencionar todos esos propósitos de año nuevo que hacemos incansablemente y que incansablemente incumplimos, al menos la gran mayoría. Es posible que algunos valientes tiren del carro y tengan el arrojo de seguir y conseguir aquello que dijeron, el resto pues no, lo vemos en nosotros y en los demás.


  • ¿De qué sirve proponerse algo que sabemos a ciencia cierto que no vamos a cumplir?


  • ¿Por qué perder el tiempo, tan valioso, soñando despierto con algo que ni siquiera vamos a intentar? ¿Es razonable ilusionarse con algo así?


  • ¿Para qué buscar excusas para no hacer algo que solo uno mismo se ha propuesto?


  • Es más ¿Tienes que cambiar algo? ¿Necesitas el cambio ahora, al comenzar el año? La verdad, puedes hacerlo cualquier día, tienes toda la vida. A tu alcance. De ti depende querer hacerlo o no. 
Yo si tengo mis propósitos, me pongo el listón alto porque el camino fácil no es el mío. 

  • Quiero seguir ilusionada, intentando lo que quiero y lo que me mueve. Trabajar la constancia, el esfuerzo y romperme el alma para no bajar nunca los brazos.

  • Quiero aprender a soltar lo que no es para mí, dejar ir a quien no quiere quedarse. A decir adiós sin tormentas en el alma, cerrando ciclos.

  • Quiero encontrar otros caminos, nuevas ideas, explorar otras alternativas.

  • Quiero encontrar la paz, mi paz.
Aunque esto, todo esto, ya lo intento cada día. 


    
Gracias

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